09 diciembre, 2005

El Sobrevidente...por Mari

Verito...
Comentabas acerca de la coexistencia en el ámbito televisivo de personajes disímiles a raíz de las entrevistas a Ricardo Lagos y Daddy Yankee en el programa de Luis Jara, pienso que tienes razón, la señora Juanita de seguro vio a ambos personajes y sin resquemores...pienso que esto se debe a la evolución que ha experimentado el televidente a partir del acceso democrático a los medios de comunicación, en otras palabras, la señora Juanita cambió, ahora le va al gimnasio y practica Body Combat, ahora prefiere que le digan Juana.
La señora Juanita usaba delantal, y creía que los personajes que morían en las teleseries morían en la vida real, la señora Juanita admiraba a Enrique Maluenda y veía televisión toda la tarde.
Juana, en cambió, anda todo el día apurada y jamás ha visto un programa completo, se da el lujo de quitarle el control remoto a su marido y pasar de las noticias a la Nany, de Tolerancia Cero a SQP...la Juana perdió la inocencia y no finge los orgasmos, no le cree a Camiroaga, ni a Viñuela ni a Sánchez(aunque lo encuentra rico), no escucha las recetas de la televisión porque no le gusta cocinar.
Yo quiero a la señora Juanita, me parece sólido que disfrutara con la Oficina y con La Madrastra, que supiera al dedillo como hacer una cazuela y disfrutara con eso, sin lamentarse, sin sentir que le estaban arrebatando la vida.
La Juana es más neurótica y se queja porque salió vocal de mesa, no agradece que puede votar por Hirsh aunque su marido elija a Piñera, la Juana no se siente feliz porque cree que la felicidad es un estado de perfección en el cual converge la delgadez, el refrigerador lleno, un esposo enamorado y unos hijos sanos, inteligentes, proactivos...la señora Juanita sólo le pedía a Dios que sus hijos fueran sanitos.
Igual me encanta la Juana, es moderna pero sabe amar, no se conformó y eso es valentía, quizo sentirse viva a través del éxito y no dejó ni un momento de amar a los suyos, era jugada y se vestía bien.
Juana al igual que Juan, su esposo, ve televisión por encimita, sin compromisos con ningún canal ni programa, es una especie de sobrevidente, ve, pero no se la compra, escucha, pero no cree...se ríe de la farándula como todos, o crees que alguien de verdad está interesado por los cahuines, me refiero a interesados en el sentido antiguo de la palabra, uno a lo más puede estar entretenido con una copucha...estimulado, a fin de cuentas es eso la TV, una serie de estímulos, una masturbación intelectual, en el sentido menos estricto de intelecto.
De ahí viene el interés, los hijos de Internet necesitamos estímulos todo el tiempo,por eso llaman tanto la atención los romances de la farándula, porque estimulan la imaginación, porque no hay tiempo para leer Corín Tellado, porque no hay nada como Felipe Avello comentando sobre espectáculos...así como dice el comercial no se puede vivir sin arroz y no se puede vivir sin estímulos.
Por eso Juana no finge sus orgasmos,porque está estimulada y tiene que hacerla rapidita, porque mañana es otro día y tiene que representar a su cliente, Daniela Campos, que entabló su trigésima querella por injurias y calumnias conta Primer Plano.

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