14 diciembre, 2005

El camino al Nobel...por Mari

Vero...
Recuerdas una teleserie sobre el campo chileno cuya canción principal fue interpretada por la caribeña Olga Tañón, sí, Sabor a ti....mi mamá decidió no verla precisamente porque le parecía aberrante que el tema central no fuera una cueca.
La trama era simple: una enóloga de ciudad va a trabajar a la hacienda de su abuela muerta, lugar donde conoce a un huaso medio rubiecito ( hijo del patrón y la cocinera) con quien tiene una relación de amor y odio, situación muy similar a la expuesta en La Tormenta, teleserie cachondísima transmitida por Chilevisión.
El hijo oficial de patrón, Tomás (Álvaro Escobar)se enamora también de la enóloga y se arma el triángulo entre él, Ángela ( Carolina Fadic)y Feliciano (Luciano Cruz- Coke).
Toda esta analepsis se debe a que me encantan los tres actores de esa teleserie, Cruz-Coke tan personaje de Fuguet para sus cosas y Carolina Fadic que nunca debió morirse como dicen en el campo y por supuesto Álvaro Escobar que de seguro leyó mil veces "El Cortesano" de Castiglioni, me refiero a que es todo un hombre renacentista, además de actor es abogado, músico, animador de radio y televisión, se dio el lujo de rechazar el papel de Ariel Mercader en Machos porque le pareció más aporte "Justicia para todos" de TVN, lo único que le faltaba era ser político y adivinen qué... se tiró a diputado y salió con la primera mayoría en Maipú, ese es mi colega...no dudo que llegue lejos en la política, veo un futuro promisorio, mucho, mi oráculo no falla.
Cuando Escobar era estudiante se enamoró de Amparo Noguera y la iba a ver al teatro cada vez que se presentaba, empezó como un amor platónico y tiempo después se consumó, me encanta imaginar al honorable diputado sentado en las butacas alucinando con una flaca talentosa, luego me lo imagino en el congreso aboliendo el sistema binominal y me gusta mucho más, y luego pienso que la vida da muchas vueltas, que puedes pasar de ser abogado a actor y de actor a diputado y de diputado a cantante y cosas así, la globalización, diría un profesor, la globalización provoca estas reinvenciones, eso, ahí está la clave, reinventarse...quizás esa es mi parada hoy, dejar de escribir sobre niñas tristes que caminan bajo la lluvia para dedicarme a un blog sobre televisión, quizás mañana me dedique a escribir una biografía de F. Scheratzcha y en unos años más me robe el espacio de Cristián Farías en La Tercera... la idea es no quedarse pegada, las mujeres tendemos a quedarnos pegadas, ni por amor ni por nada, pegadas por vocación de permanencia, asi como la Constitución según Hesse, que quizás es el mismo que escribió Demian y que luego de tantas divagaciones existencialistas se dedicó al Derecho Constitucional, porque los hombres no se quedan pegados y pueden decir que no, lo que no deja de ser un comentario ridículo y generalizador, porque hay de todo en la Viña del Señor, incluso abogados que se dedican a actuar y luego a animar y luego a legislar, si él puede con tanto, cómo yo no voy a poder ganarme el Nobel.

1 comentario:

Badiña dijo...

Y por qué ya no escriben más ?? Yo siempre las leo... No ven que ahora me aburro, justo ahora que ya supe quien era dady yanke o algo así...